A estas alturas ha quedado muy claro que en el mundo de las bodas no hay nada que escape a las tendencias. Lo hemos visto en los vestidos de novias e invitadas, en los ramos, en la decoración de las mesas y ahora también en las tartas. Durante las décadas de los 80 y los 90 el último grito en tartas nupciales eran esas grandes tartas de varios pisos que los novios cortaban con un sable mientras el fotógrafo de turno intentaba inmortalizar ese preciso instante que uniría a la pareja por siempre jamás.
Con el nuevo siglo se impuso la tendencia más discreta y minimalista en la que el postre se servía directamente en el plato de cada invitado y son muchos los novios que siguen escogiendo esta última opción.
Pero gracias a la llegada de Tumblr, Pinterest y a los avances en lo que al universo wedding se refiere sabemos que lo que ahora está de moda son las “naked cakes” que no pueden faltar en tu boda desenfadada, hípster o campestre. Estas tartas son simples, de bizcocho relleno a capas de cremas y frutas y normalmente decoradas con fruta natural fresca, confitada o combinando frutas y flores. No llevan cobertura de fondant, merengue o similares y de ahí que se les llame “naked” que significa desnudo.. Se sirven a modo de buffet junto con otros dulces como tartaletas, cookies o muffins. La idea es que las materias primas sean lo más buenas y naturales posibles y que siempre primen los sabores y texturas por encima de la majestuosidad de estas creaciones pasteleras. Más vale una tarta sencilla con un sabor delicioso que una impresionante tarta de cien pisos, con veinte lazos de seda y algunas perlas del mar muerto que esté más dura que una piedra.